El gas natural es un hidrocarburo mezcla de gases ligeros de origen natural. Principalmente contiene metano, y normalmente incluye cantidades variables de otros alcanos, y a veces un pequeño porcentaje de dióxido de carbono, nitrógeno, ácido sulfhídrico o helio.

La llegada del gas natural contribuyó a diversificar su matriz energética y expandir su capacidad productiva en base a un combustible más limpio y económico, reduciendo la anterior dependencia de plantas hidroeléctricas, aportando también a la reducción de emisiones contaminantes.

El gas natural es ​reconocido como uno de los combustibles convencionales más limpios pues su uso emite menores emisiones de CO2 (dióxido de carbono) siendo así un aporte a la disminución de producción de gases invernadero.

Esta característica hace que el gas natural sea una excelente alternativa frente a otros combustibles fósiles más contaminantes, participando con efectividad en la transición energética en la que hoy se encuentra Chile, Argentina y el mundo entero.